Dios es grande.
Casi intencionalmente me dan la razón los medios internacionales cuando digo expresamente que la generación del 80 fue pésima, teniendo como único acontecimiento medianamente decente el día de mi nacimiento. Que de hecho, fue al final.
A éste señor "asexuado" lo agarraron por encadenar a un nórdico en su departamento londinense y horrorizarlo con látigos y chot*s de goma por Alá sabe cuantos días...
En definitiva, el excesivo consumo de agua de azahar, sahumerios y cocaína nos lleva a ser calvos, gordos, sadomasoquistas y DJ's. Además de tener un apego metálico con gente rubia de ojos celestes.
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jueves, 15 de noviembre de 2007
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